sábado, 21 de agosto de 2010

Vino y protección a la salud

VinoEl consumo habitual y moderado de vino, especialmente de vino tinto, puede producir efectos beneficiosos adicionales sobre la morbilidad y mortalidad cardiovascular comparados a los que producirían la misma cantidad de alcohol pero en otras bebidas. El vino tinto es rico en polifenoles, particularmente en quercitinas y resveratrol, los que son buenos candidatos para explicar el supuesto efecto protector del vino. Estudios epidemiológicos que relacionan la ingestión de polifenoles y el riesgo de cáncer y cardiopatía coronaria en humanos se inclinan por lo conveniente de esta práctica. Hasta ahora los trabajos recientes de estudios in vitro e in vivo en modelos experimentales de animales y humanos que, aunque apuntan a confirmar los efectos favorables a la salud derivados del consumo moderado del vino como parte de una dieta variada, ponen de manifiesto que se precisan de otras investigaciones para poder llegar a conclusiones definitivas.
La arteriosclerosis y la cardiopatía coronaria han sido ligadas a un exceso en el consumo de grasa dietética, particularmente de grasa saturada y colesterol; sin embargo, en Francia e Italia (los 2 mayores productores de vino de Europa) se consume gran cantidad de alimentos grasos y se sufre menos de ataques fatales al corazón que en Norteamérica o en regiones de Europa del Norte donde no se bebe regularmente el vino; a lo que se ha dado en llamar “La Paradoja Francesa” por la aparente compatibilidad de una dieta alta en grasa y factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares (como el hábito de fumar y niveles elevados de colesterol sanguíneo) y baja incidencia de cardiopatía isquémica, y que han sido atribuida al consumo regular de vino tinto en aquellos países.
Polifenoles del vino tinto
Los polifenoles son un conjunto heterogéneo de moléculas que comparten la característica de poseer en su estructura varios grupos bencénicos sustituidos por funciones hidroxílicas, siendo los flavonoides el grupo mejor definido entre los polifenoles de la dieta humana.
Los polifenoles son importantes para la fisiología de las plantas pues contribuyen a la resistencia de microorganismos e insectos y ayudan a preservar su integridad por su continua exposición a estresantes ambientales, incluyendo radiaciones ultravioletas y relativamente altas temperaturas.
Muchos de los componentes del vino han mostrado fuerte actividad antioxidante in vitro.
Se ha planteado que la única propiedad cardioprotectora del vino tinto radica en la acción de sus flavonoides, mínimos en el vino blanco, no así en el Champán. Los mejores flavonoides investigados son el resveratrol y la quercetina, con propiedades antioxidantes más potentes que el alfa tocoferol.
clip_image002In vitro el resveratrol ha mostrado ser un fuerte antioxidante. In vivo también se ha comprobado el efecto antioxidante del resveratrol con LDL de mujeres posmenopáusicas, el efecto antiinflamatorio y antiaterogénico al inhibir la expresión de moléculas de adhesión al endotelio en un modelo experimental murino, que tiene un efecto citostático sobre células tumorales colónicas a través de una supuesta inhibición de la cicloxigenasa y un efecto como antiagregante plaquetario en conejos hipercolesterolémicos y voluntarios humanos sanos.
Conclusiones
Aunque hay considerables evidencias que indican que el consumo regular de vino tinto a dosis moderadas pudiera tener efectos protectores contra cardiopatía isquémica y enfermedades cardiovasculares o algunos tipos de cáncer, hasta el presente no se ha logrado esclarecer si la actividad biológica de los polifenoles encontrados en el vino tinto es relevante en el humano, y como el alcohol lleva consigo algunos riesgos potenciales, las recomendaciones médicas del consumo de vino tinto deben ser hechas muy cuidadosamente hasta tanto se completen las investigaciones necesarias, particularmente se necesitan de aquellas que utilicen biomarcadores para poder evaluar así el significado de los compuestos polifenólicos en la nutrición humana y en la prevención de la arteriosclerosis y el cáncer.
Fuente: Resumen
Revista Cubana Aliment Nutr 16(2):134-41